No hay escritura sin cuerpo. La palabra necesita primero ser sentida antes de arraigar en la materia a través de nuestras manos. Al ritmo de nuestro corazón, la escritura late, y cuando caminamos nuestra mente se habla a sí misma en una escritura efímera que solo algunas veces se traduce al papel. Percibimos el mundo a través de nuestros sentidos, y de esa relación mundo-cuerpo nace la escritura. Por más intelectual que esta sea, siempre tiene su origen en el plano sensible de lo humano.
¿A qué sabe un cuerpo? ¿Cómo huele un recuerdo? ¿Qué tipo de caricia deja marca en la piel de nuestro amante? ¿Es el cuerpo el actor principal o el escenario de la vida? ¿Cómo respondemos todas estas preguntas y muchas otras más?
«Soy un cuerpo» consta de tres invitaciones a explorar la escritura sensible a partir de nuestra relación con el gusto, el tacto y el olfato. Porque cerrar los ojos y los oídos en nuestros días es un acto de resistencia que nos permite sentir diferente y crear diferente.
Serán 3 días en los que compartiremos con vosotras 3 consignas de escritura y 3 textos para inspirar tu sensibilidad.
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